La Peña Montañesa, más conocida como Penya Montanyesa en aragonés, es uno de los emblemas del Sobrarbe. Su bella silueta es visible desde un sinfín de lugares de la comarca. Realmente la Peña Montañesa es la proa terminal de la sierra Ferrera en su extremo occidental sobre el río Cinca hasta el collado del Santo (1.766 m). Albergando majestuosas paredes calcáreas que se elevan varios centenares de metros, ofreciendo unas fabulosas vistas gracias a su privilegiada situación. Además cuenta con una historia formidable, por allí se han paseado desde reyes a maquis.
A continuación os propongo visitar esta impresionante mole de piedra por el itinerario más espectacular, subiendo por la Faixa d’O Toro desde San Victorián para coronar las dos cumbres más elevadas que conforman la Peña Montañesa: Picón d’O Libro (2.295 m) y La Tuca o Penya Madrid (2.275 m). Descendiendo posteriormente por el sendero habitual. Cabe destacar que deberemos evitar esta ruta con nieve o lluvia. Debido a que contiene pasos donde deberemos avanzar con prudencia y zonas propensas a desprendimientos.
Ficha de la actividad
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Distancia | 12,5 km |
Desnivel positivo | 1.574 m |
Desnivel negativo | 1.574 m |
Altitud máxima | 2.295 m |
Altitud mínima | 1.087 m |
Dificultad técnica | Difícil |
Dificultad física | Moderada |
Circular | Sí |
Zona geográfica | Sierra Ferrera |
Track | Descargar |
Acceso
Para dar comienzo a nuestra ruta nos acercaremos hasta las proximidades del santuario de San Victorián o San Beturián (s. VI) al que llegamos a través del pueblo de Arro. Podemos estacionar nuestro vehículo en un pequeño parking ubicado antes de llegar a la ermita del Pilar. Lo identificaremos fácilmente, ya que contiene diversos paneles informativos.
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Peña Montañesa
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Recorrido
Justo enfrente del parking da comienzo la senda señalizada con un poste por la cual enfilaremos nuestra ascensión a la Peña Montañesa. En un primer momento avanzamos a través de un bosque de boj, que al ganar altura irá desvaneciéndose para dar paso a amplias extensiones cubiertas por erizón. Sobre la cota (1.550 m) encontraremos el desvío que nos permite entrar a la Faixa d’O Toro, abandonando así la senda más pisada y directa. La bifurcación está señalizada con una flecha roja sobre una lisa piedra.
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Paneles informativos sobre la Peña Montañesa y el santuario de San Victorián. |
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El boj y erizón cubren amplas extensiones en el acceso a la Faixa d'O Toro. |
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En este punto da inicio un brusco descenso hasta la Faixa d'O Toro. |
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Vistas de la Faixa d'O Toro desde el pueblo de Oncíns. |
En los primeros metros avanza en ligero ascenso, pero tras superar un pequeño mirador el sendero pierde altura bruscamente. En este primer sector el sendero se pierde con facilidad, por lo que la habrá que prestar atención a los distintos hitos que señalizan el itinerario. Tras perder un centenar de metros nos encontramos en la base de la faja. En una primera parte avanza entre gleras y pedrizas, ganando altura rápidamente. Hasta encontrar la terraza, flanqueada por dos gigantescas paredes. Una se desploma vertiginosamente, la otra se eleva sobre nosotros de forma formidable. La terraza en un principio es estrecha y horizontal, aunque en ningún momento existe sensación de vértigo. Posteriormente, en la zona más llana, gana en anchura. En la faja hay que avanzar con prudencia y recordar que se debe evitar este itinerario en días de lluvia o nieve. Así como en días posteriores, ya que es una zona de frecuentes desprendimientos.
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Finalizado el descenso remontamos entre bloques hasta el inicio de la Faixa d'O Toro. |
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La Faixa d'O Toro en su zona inicial, donde ya ofrece unas fabulosas vistas. |
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Los impresionantes acantilados de la Peña Montañesa se hacen visibles desde la Faixa d'O Toro. |
Las vistas que ofrece la faja a lo largo de su itinerario son excepcionales, destacando el paso por la Canal Fina, donde penetraremos brevemente en la montaña para posteriormente seguir hasta la Canal Mayor. En este punto abandonaremos la faja y subiremos por el pedregoso y erosionado barranco (I), ganando altura rápidamente y procurando no desprender ninguna piedra. Durante la ruta, si prestáis atención a las rocas, podréis ver más de un fósil marino. Tras el ascenso enlazaremos con el sendero de la vía normal, dirección a O Pinar. Un bello bosque ubicado en el rellano de la cumbre. En este punto tuvimos la ocasión de divisar diversos corzos y sarrios jugueteando entre los pinos. Tras llegar prácticamente al extremo occidental de la peña sobre el río Cinca giramos hacia la derecha para subir por debajo de la cresta hasta la Peña Montañesa o Picón d’O Libro (2.295 m), nombre que tiene su origen en el libro de firmas que había en la cumbre para constar los diferentes ascensos. En la actualidad encontramos un buzón metálico situado junto a la cumbre.
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Los ríos Cinca y Ara se encuentran en el municipio de Aínsa, donde reposan en el embalse del Mediano antes de seguir río abajo. |
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La sorprendente panorámica que ofrece la Faixa d'O Toro. |
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El embalse del Mediano y en la lejanía el del Grado. |
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La Canal Mayor sobre la cual se eleva la Peña Montañesa. |
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Inmediaciones de la Canal Mayor |
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Remontando el barranco que forma la Canal Mayor. |
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Canal Mayor
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O Pinar |
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O Pinar |
En la cumbre disfrutaremos de una extensa panorámica, sobretodo sobre el cercano macizo del Cotiella. Pero también de otros macizos como el de Bachimala, Monte Perdido o Turbón. Así como un primer plano sobre los valles del Cinca y el Ara, que tras unirse bañan las aguas de los embalses del Mediano y el Grado. Enfrente se eleva de forma sublime la Penya Madrid o la Tuca. A la cual nos dirigiremos a continuación.
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Peña Montañesa o Picón d’O Libro (2.295 m) |
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Punta Llerga y Bachimala al fondo |
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Valle del Cinca |
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La Tuca o Penya Madrid (2.275 m) |
Descendemos resiguiendo una senda que circula paralelamente a la cresta por un erosionado terreno rocoso hasta alcanzar el collado de la Canal da Feixeta. Pocos metros después abandonamos la senda y comenzamos a ganar altura rápidamente. Al no existir camino alguno procuraremos avanzar por el mejor paso en una zona de hierba. Hasta encontrar un corredor (I/II) por el que treparemos hasta encontrar la cresta. También es posible ascender por un corredor lateral mucho más sencillo, pero con un itinerario menos directo, obligándonos después a salvar desnivel a través de una glera muy descompuesta, aunque sencilla. Solamente nos quedara reseguir la cresta para alcanzar la Tuca o Penya Madrid (2.275 m). Esta segunda elevación de la sierra Ferrera ofrece una sorprendente panorámica, pudiendo disfrutar del vuelo de algunas rapaces.
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O Pinar |
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Peña Foratata |
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La Tuca o Penya Madrid (2.275 m) |
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Peña Foratata |
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Punta Llerga |
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Sierra Ferrera |
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Cumbre de La Tuca o Penya Madrid (2.275 m) |
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Panorámica desde la cumbre de La Tuca o Penya Madrid (2.275 m) |
Desde la cumbre hacemos un descenso directo, por terreno incomodo pero sencillo, a pesar de la marcada pendiente. En la parte final descenderemos por un barranco que nos conducirá al marcado sendero que sube a la Peña Montañesa de forma habitual. Este mismo sendero será por el que retornaremos al inicio de la ruta. En las paredes calcarías es fácil ver alguna que otra cueva y es que la sierra Ferrera es un auténtico queso gruyere. De hecho, las cuevas de la montaña fueron refugio de una de las cuatro agrupaciones guerrilleras antifranquistas más importantes de toda la península: la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón, encabezada por Villacampa. Por este motivo la zona fue fuertemente militarizada con una fuerte represión por parte de la Guardia Civil, el ejército, el Somatén y la Brigada Político-Social. Los maquis resistieron en las cuevas de la montaña hasta 1952, llegando a instalar una imprenta en una de las cuevas. La montaña también fue un enclave de la Bolsa de Bielsa durante la Guerra Civil.
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Os Plans con el embalse del Mediano de fondo. |
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Os Plans con la cumbre de la Peña Montañesa de fondo. |
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La Estibella |
Llegamos a Os Plans, una zona de verdes pastos ocupada por rebaños durante el verano. En este punto encontramos una pequeña cabaña de pastores. Antiguamente los pastores se refugiaban en las cuevas de la montaña y conocían la hora durante el día gracias a las sombras de algunas rocas y a las estrellas por la noche. A mitad del descenso nos encontramos con un alargado risco por el que se desliza un pequeño riachuelo, formando una ducha natural, conocida como As Gotelleras. Como en nuestro caso la jornada estaba siendo muy calurosa, no dudamos un instante a quedarnos bajo la cascada durante unos minutos. Bien frescos seguimos en descenso por terreno abierto hasta conectar con el camino hecho a la ida en busca de la Faixa d’O Toro. Momento en el que solamente nos quedará deshacer nuestros propios pasos hasta el punto de inicio.
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La Tuca (2.275 m) |
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Os Plans con el embalse del Mediano de fondo. |
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As Gotelleras. |
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San Victorián o San Beturián al fondo. |
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Peña Montañesa desde el Poyuelo Alto (1.288 m) |
Variante
En caso de acabar aún con energías suficientes, existe la interesante posibilidad de ascender a través de un pequeño PR a la bonita ermita de la Espelunca, pasando por la ermita de San Antón. Todo ello partiendo desde el santuario de San Victorián. Un itinerario que entre ir y volver apenas nos llevará 5 kilómetros y uno 200m D+. Pudiendo conocer esta curiosa ermita situada en una cueva natural en la que vivió San Victorián. Que llegó al Sobrarbe tras cruzar los Pirineos desde su Italia natal, huyendo de la fama de santidad que había adquirido.
Santuario de San Victorián
El monasterio es reconocido como el más antiguo de Aragón y uno de los más antiguos de la península. Este santuario fue de gran relevancia en el Condado de Sobrarbe, cuna de Aragón. Durante siglos este cenobio fue el centro político, económico, cultural y espiritual de un vasto territorio, siendo protegido por reyes y papas. Los diferentes monarcas aragoneses trasladaban el arca con las reliquias del santo al frente de la batalla, pensando que así se aseguraban la victoria. Entre otras estancias el santuario contó con viviendas, biblioteca, palacio abacial, archivo, iglesia, molino, herrería y huertos. En sus alrededores encontramos diversas ermitas, de las que destacan las ermitas de la Espelunga, San Antón y el Pilar. En su interior hallamos enterrados a Iñigo Arista y Gonzalo I, siento este santuario el Panteón de los Reyes de Aragón.
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