Sobre la villa de Benasque se eleva de forma majestuosa la sierra de San Chulián, destacando en su zona más meridional la Tuca del Mon (2.629 m). Una cumbre sorprendente que posee de una excelente panorámica sobre las vecinas Tucas de Ixeia. A pesar de ser una cima poco frecuentada, sus laderas estuvieron muy ligadas a la historia de los habitantes de Benasque. Un hecho que descubriremos durante el abrupto y espectacular ascenso que nos espera por delante.
Ficha de la actividad
Recorrido
Partimos desde el propio Benasque para abandonar el núcleo urbano por su extremo norte, punto donde cruzamos el río Ésera gracias a un pequeño puente. Ya situados en la rivera derecha encontramos una bifurcación señalizada que marca el comienzo de la ruta de Los Tres Barrancos, la cual seguiremos durante un kilómetro. Desde un primer momento el sendero empieza a ganar altura bruscamente, un hecho que será una tónica durante todo el recorrido.
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Sierra de Chía |
Cuando alcanzamos un pequeño rellano conocido como el Rallá (1.380 m) hallamos a nuestra derecha un sendero señalizado con un mojón y por el cual seguiremos, dejando atrás la ruta de los Tres Barrancos. Mientras seguimos nuestro duro ascenso es conveniente girarse y disfrutar de las fabulosas vistas que el recorrido nos empieza a ofrecer sobre los núcleos urbanos de Benasque, Cerler y Anciles. Destacar que las laderas de esta zona fueron utilizadas en el pasado como pastos para el rebaño de cabras vecinal de Benasque.
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Barranco de la Tuca del Mon o del Rallá |
Tras una dura ascensión cruzamos el barranco de la Tuca del Mon, donde los aludes del invierno y las tormentas veraniegas suelen erosionar el camino, debiendo prestar cierta atención en este punto. Seguidamente alcanzamos la Piana de Castiella (1.720 m) una loma herbosa que había servido a los benasqueses históricamente como zona para el cultivo de patatas. Aún hoy podremos encontrar alguna planta de patata por la zona.
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Piana de Castiella |
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Pala de San Chulián |
El sendero avanza en dirección W para cruzar el barranco Sobarriba y alcanzar la Pala de San Chulián (2.120 m). Punto donde el sendero se desvanece y encaramos una empinada loma herbosa que nos lleva directos al Col del Siso (2.270 m). Una vez en el collado podemos disfrutar de una impresionante vista panorámica sobre los valles de Benasque y Grist. En frente podemos observar el precioso y fascinante macizo del Posets, mientras que a nuestra espalda encontramos el macizo de la Maladeta. También disfrutamos de vistas excepcionales sobre la estación de esquí alpino de Cerler. Además, ya tenemos situado en un primer plano nuestro objetivo, la Tuca del Mon.
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Artiga Fresca |
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Col del Siso |
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Tuca del Mon |
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Benasque o Benás |
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Tuca de la Llantia |
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Refugio de Ángel Orús o del Forcau |
Seguimos en dirección NE por sendero más apacible a través de una cresta herbosa conocida como Crencha de San Chulián, superando diferentes cotas para aproximarnos a la Tuca del Mon. Posteriormente, por terreno algo más rocoso y utilizando las manos como apoyo en algún punto alcanzamos la Tuca del Mon (2.629 m). Este último tramo no presenta dificultad, pero en ambos laterales las praderas alcanzan radicales pendientes donde hay que poner un punto de atención. Las vistas de la cima son excepcionales, especialmente sobre las carismáticas Tucas de Ixeia.
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Tuca del Mon |
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Valle de Eriste o Grist |
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Cascada de Espigantosa |
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Valle de Eriste o Grist |
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Torre d'Ixeia |
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Macizo del Posets y Tucas d'Ixeia |
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Valle de Benasque |
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La divisoria pirenaica cubierta de nubes |
Durante el descenso tan solo tendremos que deshacer nuestros pasos, aunque si quisiéramos hacer el recorrido circular podríamos dirigirnos hacía los valles de Grist o de Estós. Pero ya estaríamos hablando de itinerarios que presentan mayores dificultades, como trepadas o pequeños pasos aéreos.
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