El congosto de Entremón es uno de los numerosos entornos majestuosos que reúne el Sobrarbe. Un impresionante desfiladero tallado por el río Cinca, flanqueado por escarpes de rocas calcáreas que se elevan más de 400 metros sobre el estrecho cañón. Encauza el río entre los embalse de Mediano y El Grado. Lucien Briet, describía el Entremón a comienzos del siglo XX como:
Una larga fisura, estrecha y tortuosa, que se abre con una gran uniformidad, en un tajo gigantesco, de belleza sobria.
Estacionamos el vehículo en un pequeño parking situado en la carretera A-2206, entre Ligüerre de Cinca y Palo, justo tras atravesar el puente sobre el embalse de El Grado. La senda recorre el congosto por la margen izquierda, la cual cogeremos en la cola del embalse de El Grado. Este itinerario, ideal para la observación ornitológica y geológica, aprovecha un camino tradicional tallado en las paredes calizas del desfiladero y que atraviesa pedrizas y bosquetes de tipo mediterráneo. Pequeños bosques con más humedad de lo habitual repletos de encinas, robles, enebros, sabinas, etc. El sendero, sin apenas desniveles, tiene una longitud de 2,6 kilómetros hasta el final del congosto, a lo que le habremos de sumar el regreso. Existe una variante por la cual podemos cruzar el embalse de Mediano y regresar por la margen derecha, aunque la senda no se encuentra en muy buen estado y no está señalizada.
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Ligüerre de Cinca situado en la cola del embalse de El Grado |
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Cueva de las Palomas |
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Curiosas formaciones en el congosto de Entremón |
Al tratarse del sendero histórico GR-1 se encuentra perfectamente señalizado. A los pocos minutos de adentrarnos en el congosto podemos observar la cueva de las Palomas, nombre que refleja la presencia de estas aves en algún momento. Esta cueva, que realmente es una oquedad, alberga en la actualidad diversas aves rupícolas. La zona reúne un gran número de cuevas, la más destacada es la cueva de la Miranda. Se trata de un importante yacimiento arqueológico correspondiente al Neolítico, en la cual habitaron los primeros pueblos asentados en Sobrarbe. Por el momento no es posible visitarla, para una mayor preservación.
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Cueva de las Palomas |
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Cueva de las Palomas |
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Cueva de las Palomas |
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Río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
Coronando el vertiginoso filo del desfiladero en la margen derecha, podemos divisar el Conjunto Monumental de San Emeterio y San Celedonio de Samitier, declarados Bien de Interés Cultural. Se supone que este conjunto histórico-militar estuvo gestionado por una comunidad de monjes soldados.
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Conjunto Monumental de San Emeterio y San Celedonio de Samitier |
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Congosto de Entremón |
En la zona central del cañón nos encontramos con el Paso de la Media Caña, un paso excavado a modo de senda colgada sobre un vertiginoso abismo. Motivo por el cual este itinerario no es apto para personas con vértigo y si vamos con pequeños deberemos extremar las precauciones. En este punto podemos observar con perfección como el río se retuerce por un tortuoso itinerario. De hecho, este paso, era uno de los más peligrosos y temidos por los navateros. Su valor y pericia era imprescindible para superar las grandes dificultades del Entremón.
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Congosto de Entremón |
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Paso de la Media Caña |
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Paso de la Media Caña |
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El río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
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El río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
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El río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
Acto seguido superaremos un sencillo pasamanos, a partir del cual el sendero ya pierde vertiginosidad y poco a poco va bajando hasta llegar prácticamente al nivel del río. Además, ya observamos ante nosotros la imponente muralla del embalse del Mediano. En este mundo de piedra repleto de verticales paredes, farallones calizos y pedrizas; encontramos chovas piquirrojas, aviones comunes o buitres. El roquedo está claramente dominado por el volar de los buitres, aunque en ciertas ocasiones se pueden divisar quebrantahuesos, águilas reales o halcones peregrinos, entre otros.
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Un pequeño y sencillo pasamanos |
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Un curioso árbol a un paso del abismo |
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Congosto de Entremón |
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Verticales acantilados rodean el congosto de Entremón |
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El río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
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El río Cinca a su paso por el congosto de Entremón |
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Congosto de Entremón |
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Un buitre oteando el Congosto de Entremón |
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Conjunto Monumental de San Emeterio y San Celedonio de Samitier |
Alcanzamos la presa del Mediano, desde donde podemos todavía divisar el campanario del pueblo anegado que tristemente da nombre al embalse. La villa fue inundada en 1969. Aunque el proyecto original no contemplaba la inundación del municipio, modificaciones posteriores provocaron el recrecimiento del embalse, construido por presos políticos durante la oscura dictadura franquista. El pueblo no fue desalojado previamente, unas fuertes lluvias a finales de abril de 1969 y una importante crecida del río Cinca inundaron el pueblo en tan solo 4 días, ante la angustia de sus habitantes, viendo como perdían sus bienes y como sus recuerdos quedaban cubiertos por las aguas del Cinca.
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Embalse del Mediano |
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El Tozal |
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Embalse del Mediano |
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El embalse del Mediano y el Tozal |
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Congosto de Entremón |
Una vez en el embalse regresaremos por el mismo camino hasta donde hemos estacionado nuestro vehículo. Finalmente, destacar que el congosto de Entremón alberga una de las Geo-Rutas del Geo-Parque del Sobrarbe. En la cual podremos entender cómo se formó este congosto y observar las rocas desde otra perspectiva. Así como visualizar la gran cantidad de fósiles que esconde este entorno.
En ese momento se despliega ante nosotros un paisaje de extraordinaria belleza: es el canto del cisne del desfiladero del Entremón. Se alzan inexpugnables paredes que muestran su desnudez, áspera y hostil, en un amontonamiento son orden en el que la naturaleza presume de buen gusto y homogeneidad. En un lado, una muralla grisácea esgrime un bastión de sangrienta caliza; en otro, lo que se perfila es un farallón estriado, roído de óxido y tan poco atractivo que las plantas parietarias no se atreven ni a cubrirlo con sus guirnaldas. Encima existe una segunda muralla; a lo lejos aún más arriba, se prodigan otras murallas; y al pie de todas estas agujas, de todas estas fachadas, que contrastan y se armonizan al mismo tiempo, el Cinca desemboca sin prisa y sin lamentos, como si la travesía de sus sublimes Termópilas lo hubiera abatido por completo. (
). Viniendo desde las llanuras españolas, la salida del Estremón aparece como la entrada monumental de una explosión de picos, de vez en cuando, las nubes flotan entre ellos como estandartes (Descripción del Congosto de Entremón por Lucien Briet en 1904)
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