Hace ya algunas semanas, y antes de las espectaculares nevadas de estos días, me dirigí con Jordi y Susana a hacer una ascensión sencilla, pero de espectaculares vistas. Para emprender la ascensión nos dirigimos hasta el Collado de Sahún, donde remontamos una senda que va resiguiendo la cresta de la cordillera. La primera parte el camino trascurre por una zona de paisaje lunar hasta alcanzar unas espectaculares praderas que nos acompañaran hasta la cima.
Este paisaje tan calmado, en días de tormenta puede convertirse en una auténtica ratonera. Los cambios de tiempo en esta zona suelen ser muy bruscos y además es la zona preferida para impactar los rayos, debido a su ubicación. Desde la cima se puede recorrer con la vista un tremendo paisaje circular sobre el Valle de Benasque y Plan. A lo lejos podemos ver el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Pero además tenemos excelentes vistas sobre los principales 3000’s del Pirineo y del precioso y característico macizo del Cotiella.
Descendiendo podemos hacer algunas paradas para observar la flor de nieve o Edelweiss y también para hacer un poco de memoria histórica y observar en silencio las diversas trincheras que hay en la zona, intentando comprender la barbarie que llevó al hombre a tal sangrienta guerra civil. Nuevamente, el Sobrarbe hechó mano de sus viejos héroes y mitos y elevó al plano casi de leyenda el papel jugado por la 43 División, convertida en uno de los últimos reductos de la República en la llamada Bolsa de Bielsa.
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